martes, 21 de junio de 2011

Final del juego

El final del juego había empezado; con ello empezaba la marcha atrás. El camino de vuelta hacia una inocencia perdida, a unos tiempos en los que no existía el reloj y los momentos parecían infinitos. Qué fue de aquel sueño de hace un par de noches del que ahora tan sólo me quedaba un vago recuerdo? Ahora es un olor, un tacto, una visión borrosa de lo que ven unos ojos que tratan de engañarte. Y es que así son las normas. Así es lo que quisimos un estúpido día de forma absolutamente improvisada y lo que querremos hasta que desaparezca el mundo, el bien, el mal, el tiempo, la realidad. Quedaremos sólo nosotros dos entre mares de satén. Nos observarán las recluídas paredes que no pueden más que contemplar ese espectáculo. Ibamos acercándonos más y más a ese final, ese final implícito en cada una de nuestras vacías miradas llenas de  misterio. La marcha atrás hacia un mundo sin prejuicios ni realidades sociales también. Al final la eternidad envidiará nuestros momentos. Y nos quedará precisamente eso: eternidad. La eternidad entre los mares de satén.