lunes, 30 de mayo de 2011

Vine

No esperis que viatgi. No esperis que somrigui o plori de forma propagandística de la meva ànima. De fet potser no tinc ànima, mai l'he vista i mai ningú ha parlat d'ella. Sóc un ens intangible que es balanceja entre el meu passat i el teu futur. Sóc incorpori però pots tocar-me si així ho vols. Sóc invisible per a qui vull i no entenc cap més llengua que la d'una mirada muda. La d'una imatge imaginària que es passeja de forma rebel desobeint la raó pels racons més amagats de la ment. Esbojarrada actitud la de qui intenta donar-li un sentit; hi ha coses que estan fetes per gaudir-les però no per trobar-hi un sentit. Com el cel, que ningú l'entén però sempre està allà dalt, observant les tonteries que som capaços d'arribar a fer per allò que desitgem. Desitjo que vinguis on estic jo, en aquest punt intermig entre un món real i un altre d'imaginari. Aquí podrem comportar-nos com bojos tant com vulguem; ningú no ens jutjarà. Serà el nostre petit secret. Però vine.

martes, 17 de mayo de 2011

Un secreto

Me destrozas, me asesinas, me revives, mutilas de mi cuerpo la moral, la ética la cordura... A veces quisiera buscar la llave. La llave de lo prohibido, lo maligno, lo inmoral, lo profundamente tentador... Y a veces sólo puedo levantarme y verte pasar, sentir cada descarga eléctrica en mi mirada y mi olfato, sentir como el fuego quema en mi imaginación y mis más ocultos sueños... No se lo diremos a nadie. Será un secreto de dos. Será un secreto sin palabras, de esos que lo son realmente. Sé que abriré la ventana, y cogeré la planta, y la regaré; sí, la regaré mientras te veo no pasar por delante de mí y te siento sin pensar en tí. Puedo seguir así, realizando tareas cotidianos, fingiendo no verte, no escucharte, no pensarte y no olvidarte. Puedo fingir una vida en la que mi cuerpo se acostumbre a las brutales descargas eléctricas. Pero será un secreto, sí, un secreto de dos. Un secreto que mataría por olvidar y por el que reviviría todos los días para recordar. Me asesinas y me revives. Me paralizas y a la vez me haces moverme, suave, desesperantemente dócil, como un autómata. La maceta de la planta ya rebosa de tanta agua. Además ha anochecido y este frío me sugiere cerrar la ventana de una vez. ¿Pero por qué? Porque es un secreto. Pero si dentro no estarás. Pero no importa, mejor me parece quemarme que apagar la hoguera. Además podré mirar a esa gente no quemada, hablar con ella, saludar y despedirme, ignorarla, apreciar y querer a toda ese gente. No importa, puedo hacer lo que quiera, nadie ve mis quemaduras. Nadie lo sabe, nadie sabe nada. Porque es un secreto. Es un secreto que me tortura cada vez que te veo. Pero es un secreto. Es nuestro secreto.


viernes, 13 de mayo de 2011

Sin tu aire

Sangra la ventana bajo la que te observaba una y otra vez. Inexistente e incorporea, como siempre. Como nunca. Ilusioria silueta danzando en el techo de mi dormitorio de forma nocturna. Te veo, te vi, te volví a ver, te volveré a ver. Quizá lo llamen obsesión. Te conocía sin conocerte. Te veía sin verte. Te sentía sin tenerte. Vi un avión de papel volando por mi ventana, un avión sin lanzador y sin objetivo, un alma errática sujeta al azar. Mi lengua sufre de tanto esconderse. No hablar quizá también sea mentir. Pero quizá la verdad sea la ráfaga de viento que estrelle definitivamente el avión de una esparanza fría, desgarradora... Sabes? Es como ese último suspiro ahogado que sólo oye el eco de tu vacío... El vacío lleno de gente. El más triste vacío que pueda imaginar. El avión de papel se cae sin tu aire... Y todo, por no saber decir te quiero.