sábado, 27 de junio de 2015

Con permiso de la pólvora

Con permiso de la pólvora, no existe en el mundo nada más explosivo que la mente humana. Energía contenida en una larga mecha esperando ser prendida por algo, por alguien, por el ahora. Tremenda luz cegadora para casi todos, ¿dónde habré dejado mis gafas de sol? La  explosión no se atenúa, no desaparece, no se puede esconder por demasiado tiempo.  O me niego a que sea así. Allá reviente los prejuicios, allá exploten los miedos, allá vuelen en mil pedazos los mañana. Que, hoy, me limitaré a sentarme y disfrutar como si de fuegos artificiales se tratase. Pasadme las gafas de sol y quedaos en vuestras casas no vaya a ser que os alcance la onda expansiva. Energía puesta en libertad, explosiones alcanzando su plenitud de belleza. Con permiso de la pólvora, no existe ni existirá en el mundo nada más explosivo que la mente humana.