viernes, 14 de noviembre de 2014

Cuatro manos

¿Cómo evito que me convenzas de que la tierra es un triángulo, el cielo es de agua y el mar de infinito? ¿Cómo darme cuenta de que dos y dos son cuatro si tú me dices otra cosa? ¿Cómo hacerlo cuando tu mirada me convence y tu dedo en mis labios me dice que no diga nada, que no hable sobre la realidad y que la deje siendo un gran secreto? ¿Cómo no te voy a creer cuando me dices que somos inmortales, que podemos volar más allá de lo conocido y que somos capaces de crear cualquier cosa que se nos antoje?

Y es que me gusta cuando tu cuerpo me convence de que tenemos cuatro manos, cuando tus ojos me hacen dudar sobre si el tiempo es inmóvil, cuando tu calor me hace olvidar dónde estoy. Me gusta cuando tus sábanas son nuestro escondite y tu casa un palacio invisible.

¿Cómo evito que me convenzas de un mundo que dicen que no existe, si en él haces que me sienta tan feliz?