jueves, 19 de abril de 2012

El eco del silencio

Y hoy, estoy harto de las frías palabras que nunca me responden nada. Harto de deslizar mi pluma sobre el papel con delicadeza; quiero rasgar el papel, romper la pluma y gritar. Aún sabiendo que las palabras jamás me contestarán aunque se graben en el papel. No quiero sentarme en una cama mirando una pared con la mirada perdida y las manos cortadas del frío, quiero gritar, gritar tan fuerte que me desgañite. Correr hasta agotarme, no poder más, pero seguir corriendo. Y no quiero ir a ninguna parte, quiero dejar atrás lo que me rodea. Quiero buscar una respuesta que sé que no existe, y mañana lo sabré mejor que hoy. No quiero que me digas que no pasa nada, que puede sucederle a cualquiera, quiero que me abofetees y me grites. Quiero ver vida en tus ojos, tal vez así halle una repuesta. Pero tal vez mañana haya dejado de buscarla. Hoy, estoy harto de las palabras que nunca me responden nada.

domingo, 1 de abril de 2012

Bajo telones callejeros

Él sabía que se puede amar por muchos motivos. Hay quien ama a una persona porque puede contarle todo, y ser escuchado y aconsejado como le gusta serlo, y a lo mejor no siempre de la forma más objetiva. También tal vez quien ama porque le dicen cosas que no se las dice nadie más, y sencillamente le gusta oírlas por alguien. Amar a alguien por su forma de ponerte bien el cuello de la camisa cuando se te levanta después de hacer alguna estupidez, y tras hacerlo, te mira. Él había visto muchos tipos de amor, y sabía que realmente no había dos iguales. Pero a diferencia de muchas películas, también hay quien ama sin tener motivo alguno para hacerlo. Amar por amar, y amar porque amas. Conocer lo más profundo de una persona, lo positivo y lo negativo, y no querer despegarte de ella. Y no, no hay motivos.

-Dáme un beso.
-¿Y por qué en este momento y en este lugar?
-Tú dáme un beso, y lo demás se lo dejamos a Hollywood.