Regálame la furia, la tormenta y los truenos de la palabra para
que el relámpago me ciegue en los silencios. Regálame el fuego. Regálame el volar y el quemarnos mientras alguien es tan
de verdad como para decirnos que los dragones no existen. Regálame la vida, la muerte
y el continuo volver a levantarse. Llévame al absurdo y una vez ahí hazme
comprender, demuéstrame que el único sinsentido es aquello a lo que alguien no
fue capaz de encontrárselo. Embriágame, secuéstrame, amordázame, pero pase lo
que pase regálame el fuego. No dejes que la fría realidad me encuentre, que
ella no me entenderá, que qué más dará si somos reales o no.
-Este lugar quema, pero también brilla mucho más.
-Solo cuando te acostumbres al fuego podrás desplegar tus
alas.
-Entonces no me dejes escapar.
Prefiero vivir en llamas que existir en un mundo frío y oscuro.
1 comentario:
"los truenos de la palabra para que el relámpago me ciegue en los silencios."
"Regálame la vida, la muerte y el continuo volver a levantarse."
Esta última me recuerda mucho a uno de mis escritos....
"Embriágame, secuéstrame, amordázame" Y esto también.
La realidad son acueductos creados para desbordar, las llamas son arquetipos que nos hacen desplegar, la ira, la rabia, la pasión y un sin fin de puentes hasta el cielo del amor.
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