miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un dibujo

La luz tenue, azul, oscura, mirona, curiosa; les espiaba en aquel elevado lugar. A una ventana del cielo. A cinco pisos de la felicidad. El día que volvió las paredes le dijeron que habían escuchado palabras. Palabras vacías que las miradas llenaban, palabras sin sentido, sin-sentidos bellos en si mismos, palabras de amor. La niebla castaña rojiza le arrolló el entendimiento, similar al efecto que produce el impacto de un camión. Dejó de pensar. Ojalá dejase de hacerlo más a menudo. Era el fuego del arte invisible, el sentido por descubrir por la ciencia, la fantasía efímera en un mundo plagado de realidad. Ése toque absurdo que tiene la felicidad. Ése punto de idealismo que tenemos todos los que afirmamos ser felices. Aprovechó la inspiración dibujando una bella obra de arte con los dedos sobre su espalda. Aprovechó el regreso a la realidad para irse a dormir antes esa noche... Tenía que acabar el dibujo, ni que fuese en sueños.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente, magnífico, porque usas las palabras apropiadas de una manera correcta y terminando increiblemente bien, escribes de maravilla , es más , eres el mejor chaval q conozco escribiendo y más aun a tu edad .

Anónimo dijo...

k bonito fran! es fantastico como te expresas! me lo estoi leyendo todo y me encanta!
increible, ya me iré pasando más amenudo :)
nos vemos mañana, un beso!
Elenaa

Ona dijo...

M'agrada l'idealisme. M'agrada la fantasia. També la felicitat. I els somnis.

Una manera única i genial de descriure aquesta situació. Realment metafòrica. Preciosa. M'encanta :)